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La alimentación de 0 a 6 años

El proceso de socialización y aprendizaje de un niño comienza en la familia, donde se van perfilando estilos de vida y, entre otras cosas, hábitos alimentarios (HA). Éstos últimos empiezan a formarse casi desde el momento del nacimiento y se desarrollan en la infancia y especialmente, en la adolescencia, estando hasta ese momento casi exclusivamente determinados por los HA de los padres o personas del entorno, pues el niño se identifica plenamente con el comportamiento de éstos.

En la primera infancia el consumo de alimentos del niño depende de lo que la madre (la guardería, los abuelos) le de, es decir, de sus HA. Esta influencia va a ir disminuyendo a medida que el niño crece, adquiriendo mayor importancia otra serie de factores como el colegio, los amigos, los medios de comunicación, las modas, etc.

Por tanto, la infancia es la mejor época de la vida para adquirir unos buenos HA ya que éstos, como los demás modelos del comportamiento son adquiridos por repetición y casi o completamente de forma involuntaria. Son los niños los mejores receptores de los HA establecidos transmitiéndolos de generación en generación. En general se observa que los HA de las personas de edad son difícilmente modificables y muy parecidos a los adquiridos en las etapas tempranas de la vida. Por ello es muy importante una buena educación nutricional puesto que además estos HA serán los responsables del estado nutritivo y de la salud del adulto.

La alimentación de 0 a 4 meses

La lactancia materna

El primer alimento que recibe un bebé es la leche, siendo la más idónea la materna. Ésta aporta todos los nutrientes que necesita así como el agua suficiente para que no sea necesario introducir ningún otro alimento

Es la mejor alimentación de los0 alos 12 meses dado que tiene la composición más adecuada en relación con las necesidades del bebé. Entre otras muchas funciones, los elementos nutritivos que el bebé recibe mejoran las defensas de su tubo digestivo contra las infecciones, y además favorece el contacto más estrecho entre la madre y el niño, estableciéndose entre ambos un lazo afectivo muy importante.

El bebé come lo que quiere y lo que necesita, lo que ayuda a respetar su ritmo.

Lactancia artificial

Se usa cuando la lactancia materna no es posible por parte de la madre, o por parte de los niños (por ejemplo; paladar partido: es un paso anormal a través del techo de la boca (paladar duro) hacia la vía respiratoria de la nariz). También se usa como complemento de la alimentación del niño.

Son leches adaptadas, basada en leche de vaca modificada. Existen 2 variedades: iniciación (con una modificación notable de la leche de vaca) y continuación (a partir de los 5 meses, con modificaciones menores).

Son menos digeribles que la leche materna debido a su mayor cantidad de proteínas y además pueden generar algún tipo de alergias o intolerancias.

Hacia el final de este período es posible introducir zumos naturales de frutas diluidos con agua, si el pediatra lo considera oportuno.

La alimentación de 4 a 12 meses

A partir de los 4 meses se puede iniciar la alimentación complementaria: introducción progresiva de alimentos adicionales y sustitutivos de la leche.

Cada nuevo alimento se introducirá por separado y en cantidades pequeñas, sin forzar excesivamente. Entre dos alimentos nuevos se dejarán transcurrir una o dos semanas. Se variará la forma de tomar los alimentos, alternando el biberón con la cuchara, que se introduce con alimentos dulces y líquidos.

Si la alimentación es con leches adaptadas, a partir de los 5 o 6 meses se puede pasar a la leche adaptada de continuación.


La alimentación de 1 a 3 años

Es frecuente que en este período los niños coman menos si lo comparamos con la cantidad de alimentos que ingerían anteriormente. Esto es debido a que en esta etapa es más el cambio cualitativo (del lenguaje, sensorial, psicomotor, socioafectivo, etc.) que el cuantitativo (el crecimiento).

La alimentación de los 3 a los 6 años

A partir de los 3 años los niños ya tienen una alimentación muy variada. Es necesario que la dieta del niño sea lo más equilibrada posible, que contenga verduras y legumbres, eviten el abuso de dulces y que dé respuesta a las necesidades nutritivas derivadas de la gran actividad física, intelectual y emocional que desarrollan los niños en este período.

21 junio, 2011 at 23:40 1 comentario


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